En una mañana soleada me encontraba sentado a orillas de la piscina del hotel. Estaba trabajando en mi nuevo libreto mientras disfrutaba un fresco jugo de naranja. El reloj apuntaba a las diez y comenzaba a llenarse el lugar. Los niños gritaban en la piscina. Un grupo de señores de tercera edad reían sin parar frente a mi mesa. Encendí un cigarrillo para relajarme y volver al libreto pero en ese momento llego ella.
Era alta, morena y delgada con unas gafas retro de Marni y el cabello mojado peinado hacia atrás.
Se quito su bata y se zambullo a la piscina. Yo seguía en mi libreto. Al rato ella salió del agua y se sentó en un mueble blanco diagonal a mi mesa. Llamo de nuevo mi atención. Ella tomaba una piña colada y constantemente me miraba.
A los minutos llego el mesonero con una tarjeta sin firma que decía: te espero en el 110, guapo. La mire y ella sonrió.
Subí al hotel y llegue a la habitación 110, la puerta estaba abierta. Entre pero la sorpresa se encontraba un hombre gordo de unos cuarenta años. Desnudo sobre la cama. Salí tan rápido pude. Me sentí como un niño. baje de nuevo a la piscina pero ya ella no estaba.
by. Julio C. Castellanos Q.
Matthew Williamson para H&M
3 comentarios:
que historia tan extraña jiji pero esta buena para pasar el tiempo.
P.D: la publicidad esta buenasa!!!
JaJaJaJa te quedo buenisimo!
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